Es cierto que hemos venido hablando de las TIC como un recurso
imprescindible en un entorno educativo actualizado. Lo que es más la presencia
de las mismas favorece y facilita el acceso a una gran cantidad de información
y de recursos. Convirtiéndose de este modo en una herramienta básica que
permite la interacción y la participación activa.
Partiendo de esta base, surge el debate... Planteado lo siguiente: ¿Utilizan realmente los profesores las TIC? ¿Qué
elementos de las TIC son los más adecuados? A su vez, también debemos comentar el tema sobre la inversión de miles de euros en la compra de tablets,
ordenadores, portátiles, pizarras digitales, etc.
Finalmente, llegamos a la conclusión
de que realmente no es la cantidad de herramientas con las que contemos sino el
buen tratamiento que hagamos de ellas. Aplicar las TIC es mucho más que comprar
tecnología o crear páginas web.
Personalmente, creo que hace falta un cambio estructural en la
concepción de las TIC aplicadas al ámbito educativo. Este cambio debe comenzar
con la formación del profesorado. El
éxito de aplicación de las TIC depende sobremanera de la introducción de
cambios en la cultura docente y organizativa de las escuelas. Al mismo tiempo
el profesorado tiene la obligación y la responsabilidad de informar sobre los
contenidos, las competencias y los criterios de evaluación que se vayan a emplear.
A la formación del profesorado hay que añadir la presencia de
materiales y recursos (software adecuados que no sean “pirata”) que permitan el
acercamiento a las TIC para de este modo poder manejarlas a lo largo del
desarrollo del resto de competencias, estando la competencia digital integrada
en el resto de materias.
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